sábado, 10 de diciembre de 2011

¿Quién dijo crisis?

Sin duda alguna este pueblo se está convirtiendo en el referente europeo de cómo llevar la crisis económica sin problemas.
Aquí la crisis no existe, a juzgar por los derroches económicos en actividades, eventos y acciones carentes de toda necesidad básica. Uno se compra caprichos cuando le sobra el dinero, ¿no?
En este pueblo... proteger y cuidar un poco el medio ambiente, su entorno natural y, en definitiva, favorecer un poco el turismo naturalista debe producir alergia y otros males mayores. Porque sólo así se puede explicar que el Arroyo de Calzadillas (o Cezaldilla, según el mapa que se consulte) lleve agua negra y pestilente, y que haya desaparecido parte de la fauna observada meses atrás y parte de su flora acuática. ¿La depuradora quizás? ¿No la arreglan? ¿Para cuándo?

O que el camino y entorno de Los Covachos se considere como un suministro gratuito de rocas y áridos, a la vez que una escombrera.
O que el respeto por los seres vivos simplente brille por su ausencia:
 Cachorros muertos en un contenedor de basura. 


O que se haya colocado la iluminación navideña (del siglo pasado) para "no sé qué". Simplemente será para gastar por gastar. Pero es mejor vestir a la mona de seda que abrir el punto limpio y, de paso, limpiar el propio punto.
Otro alarde de derroche lo podemos encontrar en las notitas (acciones propias de parvulario) que "cariñosamente" se envían los políticos de este pueblo. Que si tú eres..., que si tú más..., pues eso tú... Claro está que no se pueden llamar por teléfono y decirse esas cositas en privado, pues se perdería todo ese circo morboso que tanto gusta a sus votantes. Mientras, cientos de panfletos para allá y cientos de panfletos para acá. Que digo yo que todo eso tendrá un coste económico, ¿no? Por no hablar del medioambiental.

Hay calles con basuras y escombros que, en un caso concreto, llevan en el mismo lugar ¡¡más de un año!!
Pero todo esto no tiene importancia, obviamente. Mientras quede un poco de dinero en las arcas para colocar cuatro lucecitas, asesinar unos novillos y hacer ferias de terroristas ambientales... en este pueblo reinará la alegría, gozo y disfrute de sus habitantes. Algo que se traducirá en votos en las próximas elecciones; pero eso será ya hasta dentro de otros cuatro añitos.

Pues nada, a seguir así. No abráis una biblioteca, vaya a ser que alguno se descarrile y le dé por soltar la escopeta y sus hábitos asesinos y se nos ponga a leer, que ya sabemos que eso no es rentable en las urnas.